La Sexualidad
25.04.2012 11:31
La sexualidad
¿un problema para el buscador espiritual?
Artículo de Ricardo Daula
Uno de los principales problemas con el que tarde o temprano se encuentra todo buscador espiritual es cómo abordar el tema sexual de modo adecuado. De repente, el buscador de sí mismo se da cuenta de que no puede continuar adelante en su trabajo interior si no soluciona de una manera útil y práctica -como nos plantearemos en esta serie de artículos que hoy se inician- el instinto que empuja a querer poseer el cuerpo de otra persona, en nombre de la atracción física que sentimos hacia él o hacia ella o en nombre de lo que actualmente entendemos por amor.
El instinto sexual conduce a necesitar hacer el amor a quien se desea; a desear introducirse en ella o ser penetrada/o por él, para sentir placer en ambos casos junto a la pareja elegida.
El ser humano actual en su mayoría desea unirse a sus amantes (o a su amante) solamente para satisfacer su deseo de sentir placer rápido del modo que sea. Por otra parte, es una idea extendida hoy en día entre las mujeres y los hombres, sobre todo a partir de los estudios sociológico-sexuales modernos, que el sexo "bien hecho", gratificante, ha de conllevar -tan solo- uno o, a lo más, dos orgasmos más o menos intensos.
Se da todavía mucha importancia al orgasmo humano, demasiada importancia, como vamos a intentar demostrar en esta serie de artículos que iremos publicando aquí, en este foro y en esta sección denominada Tantrayoga. Y no vaya a tachársenos de moralistas a estas alturas de nuestra vida, dedicada, en gran parte, al estudio esotérico de la realidad. Porque no pretendemos exponer que el orgasmo humano sea algo abominable desde el punto de vista del crecimiento interior, o desde la perspectiva del crecimiento espiritual humano. Lo que vamos a desarrollar es todo lo contrario, según los parámetros de la nueva espiritualidad que, a nuestro humilde entender, se avecina sobre el mundo, si no es que ya está aquí (por pura, simple y llana síntesis de lo ya publicado desde diversísimos puntos de vista culturales, y con muchísimo rigor).
Ni significa, en otro caso más individual, renunciar para siempre a la propia sexualidad con tal de sentirse cercano a lo transcendente (esto para el que lo quiera). Lo que se hace reprimiendo, tenderá -generalmente- a resurgir violentamente tarde o temprano con la fuerza -exactamente- con la que fue reprimido el deseo. Sin embargo, desde el punto de vista iniciático, sí puede llegar a decirse que quien sabe trabajar la energía que se desprende de su poder sexual (en el sexo está situada en el primero de los siete chakras-centros-de-energía-de-
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