sentidos
25.04.2012 12:00
Vamos a hacer un recorrido de los cinco sentidos y analizar cuan reales pueden ser. Como cuando mirando por la ventana de la vida podemos juzgar o prejuzgar muchas cosas que pensamos son la verdad.
El sentido de la vista es tan solo una interpretación que hace el cerebro de las imágenes y de lo que reflejen los objetos. Sin reflejo todas las cosas son invisibles. El cerebro percibe por separado los colores y el brillo.
Los colores corresponden a la frecuencia de la luz y el brillo a su energía, que tienen diferentes receptores y por lo tanto son dos sentido diferentes.
En el sentido práctico lo que miras no es necesariamente real ni tampoco con el cristal que lo miras. Por lo que para saber la Verdad, se hace necesario que desarrolles otras facultades interiores.
El sentido del gusto tiene que ver con los elementos químicos y no electromagnéticos como en el caso anterior. De la misma manera cada sabor hace reaccionar a diferentes receptores del cerebro, por lo que cada sabor es un sentido en sí.
Sin embargo, las zonas en dónde actuan los receptores del dulce, amargo y sabroso o umami (mira este enlace) del glutamato, no se precisan aun. Como que al ser en realidad la vida dulce, amarga o sabrosa no se puede controlar ya que no se sabe en dónde reside. El salado y ácido ya están ubicados.
Es decir, tampoco se puede determinar si la vida depende del sabor de las cosas.
El sentido del oído sólo percibe vibraciones del aire entre 20 y 20,000 Hz. Este sentido percibe sonidos tanto a través del oído como del tacto. Beethoven lo hacía y todos los podemos hacer, se puede escuchar con diferentes partes del cuerpo.
Con este sentido podemos percibir las vibraciones pero no siempre lo que significan o su procedencia y distancia. Ya para sea identificar lo que quiere decir una expresión, quien la dijo, de dónde provino, se necesitan otros elementos de juicio. Nunca podremos estar seguros de lo que escuchamos.
Muchos animales pueden sentir las vibraciones a muchos kilómetros de distancia y saber exactamente que quieren decir y su dirección. La mayor parte de los problemas de la humanidad se deben a no saber escuchar y se debe al sentido que es imperfecto e impreciso.
El sentido del olfato depende también de la parte química. Tiene sus receptores identificados en el cerebro, pero la cantidad de percepciones para identificar a los objetos es pequeña si la comparamos con un perro u otros animales.
No podemos identificar a una planta, persona o lugares, con el olfato. Muchas sensaciones que tienen los perros jamás las tendremos. Ello se debe a que poseen una mucosa respiratoria mucho más sensible.
El sentido del tacto es otro de los cinco sentidos, se desarrolla a través de la piel y depende de la presión que se le da los objetos.
Se percibe la aspereza, suavidad, dureza, temperatura. Se puede percibir tanto placer como dolor. Tienen células nerviosas especializadas en diferentes partes del cuerpo.
En los labios, pezones, palmas y yemas, plantas, órganos sexuales, existen unos corpúsculos especiales que permiten sensaciones más intensas. Estas sensaciones van mucho más allá del tacto y llegan al placer y éxtasis.
Cuando se llega a los máximos, la piel deja de sentir para trasladarse a sensaciones mucho más allá de lo definido, inclusive a otros mundos en dónde el análisis se pierde. Es decir, se convierte en un supra sentido que se entiende con el conocimiento de la mística.
El tacto en si, no permite cuantificar a cuantos grados de temperatura está el aire o los objetos, ni existe un criterio uniforme en todas las personas para saber la textura.
Todo es relativo. El cristal con que se mira se extiende a todos los sentidos.
Si hacemos una proyección del sentido de la vista hacia los otros, lo que nos queda es mirar siempre arriba, como mirar al cielo.
Mirar a los ojos. Ver como un niño. Al mirar por la ventana de la vida no prejuzgar a nadie. Ir por el mundo sin mirar atrás, sin detenernos en los problemas del pasado.
Ir como un niño mirando con toda la inocencia. Ir por el mundo, mirar al cielo y trasladarnos hacia el infinito. Mirar sin mirar a través de los cinco sentido sino a través del alma.
Saber que todo lo que vemos es tan solo una pequeña parte del mundo, nunca sabremos cual es la realidad sino a través de la sabiduría. Esta sabiduría no necesita ninguno de los cinco sentidos, pero si necesita un sexto.
Este sexto sentido será realmente tu mirar.
Un sexto sentido que se puede desarrollar con las práctica de las enseñanzas ancestrales de los Templos de Sabiduría. Tu mirar puede trascender hacia límites insospechados.
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